Tuesday, September 13, 2005

Belleza

Reviví belleza. Hermosura que hacía mucho que no disfrutaba, pero que la verdad disfruté volver a ver. Fue lindo.
Recorrí fotos, páginas, álbumes, rostros, líneas, rasgos, gestos. Encontré vestigios de amor que alguna vez regalé... fue gracioso. Me causó una simpatía agradable que nunca había llegado a apreciar, me reí solo de mí mismo. Tantas cosas... tantas palabras que habían inspirado, con todas las cosas que sentí en los respectivos momentos de cada belleza que me atrapó. Mil cosas volvieron a mi cabeza junto con otras mil que salieron de repente. No pensé que vería semejante película... creo que tengo que hacerlo más seguido.

Otra vez el sabor de los ojos miel junto con el bronce de los rizos que jugaron a ser sueño de verano. O aquella noche de velas, bañada en bucles dorados, y el marco de rimel para las esmeraldas frente a las que casi caigo. También unos minutos en una esquina, donde me sorprendió esperando una expresión de infancia delicada que más de una vez ojeé con vergüenza. Y bueno, luego, fantasmas del pasado... la razón de un antiguo complejo, prácticamente inmortal en su momento ya que llegaba a morir, pero con cada ráfaga casual de mirada inesparada el hacía que el verde me atrapara otra vez.
Pasados, presentes discontinuos y utópicos futuros que brillan por su naturaleza, la esperanza por la mera esperanza, el beso latente en la imaginación de cada imagen en la costa, con la certeza de saber lo que se esperaba y conocer lo que vendrá. Delicia, sencilla y llanamente , delicia.

Volvieron a mi mente y ojos belleza que nunca fueron más que eso, bellezas que en su momento fueron mundos y hoy son satélites que me acompañarán por siempre, grabados en la retina. Aparte, más allá de todo, son bellezas... siempre se disfrutan. Nunca serán más, esperanza por la mera esperanza. Belleza por mera apreciación visual.




"[...]Por momentos, Manuel Mandeb sintió la tentación de optar por otros medios de transporte que se le ofrecían seguros, concretos, convincentes. Pero él esperaba el tranvía.
[...]
Nadie puede saber cuándo sucedió, pero una noche un hermoso tranvía se detuvo frente a él. Desde el interior, un guardia fantasmagórico lo miró como convidándolo.
Mandeb permaneció quiero unos instantes y luego, sin decir palabra, le alejó caminando lentamente. Un rato más tarde subió más tarde en un taxi y con voz firme ordenó:
-Artigas y Aranguren."

3 comments:

Eclipse Místico said...

Uia, ¿y este Leo de dónde salió? A este nuevo ser no lo conozco. Lo siento más adulto.

Me gustó mucho tu escrito. Fluye. Sabés que le haría correcciones ortográficas, pero hoy lo dejo pasar. =D

Lo que no nos mata... sí, señor, nos hace más fuertes.

Bienvenido, Leo.

Anonymous said...

Pibe, sos grosísimo, y esto que escribiste está lleno de sentimiento y lo transmite perfectamente. Me puedo identificar con muchas cosas que escribiste, muchas, pero esta es sin duda la más hermosa de todas.
Leí tantas palabras vacías dando vueltas por ahí, gente que se esfuerza por comunicar algo tan sencillo con palabras rebuscadas y forzadas, que encontrarme con algo así es refrescante.
Un placer, y brindo por más.

Anonymous said...

no tenes idea de como esas ultimas tres palabras ("artigas y aranguren")acercaron ese ultimo fragmento increiblemente a mi... pleno flores, pleno mi barrio... el tranvia...ejem...melancolia al fin...

por lo q escribist, es mas q bello. es fuerte y es suave a la vez, es una mezcla rara de lo sentido y lo pensado...algo parecido a la poesia, pero sin ser poema.. no se como decirlo... me gusto...

segui asi leo, q como ya t dije, me hace bien verte asi...

te quiero!